ESCAPADA ROMÁNTICA A POCOS KILÓMETROS DE MADRID

1 de marzo de 2018





Buenas noches, ¡chicas! y ¡chicos!. Hoy os cuento mi escapada romántica de esta semana. El día 20 fue nuestro aniversario, pero es verdad que tenía un montón de trabajo y nos fue imposible hacer un parón para disfrutar en pareja. En mi caso, y siempre que puedo, me gusta hacer este tipo de escapadas románticas entre semana ya que es cuando más tranquila está la carretera, y, en general, cualquier alojamiento. Aún así, por mucho que quiera, tengo que organizarme muy bien y pedir ``ayuda a mi madre´´para que se encargue de Daniella, que ella tiene cole, y aunque no esté en enseñanza obligatoria, no me gusta que falte porque sí. Al menos si falta, que sea porque ella también disfruta de esa escapada con nosotros. Mi madre siempre está cuando la necesito y reconozco que mi tranquilidad cuando se quedan juntas es máxima. Además es una muy buena oportunidad para que pasen más tiempo, que luego entre semana con extraescolares y quehaceres, ¡es más difícil!. Gracias mami.
Esta vez, nos tocaba disfrutar a nosotros solos. Contábamos con menos de 48 horas por lo que buscábamos un hotel rural romántico que estuviera a pocos kilómetros de Madrid para pasar sólo una noche. Queríamos además, que fuera algo muy especial, en un sitio no demasiado grande, acogedor, familiar, que se comiera súper bien y...a poder ser... ¡que tuviera jacuzzi! jaja. Parece fácil pero lo cierto es que no lo es cuando empiezas la búsqueda por internet. Dar con un hotel rural romántico renovado, bonito, y a su vez, con buen precio, es una gran suerte y desde que di con Hotel Rural La Viña e hicimos la reserva, estábamos deseando que llegara el día :)



Me sorprendió la cantidad de chicas, incluso algún chico, que me escribísteis pidiéndome por favor que os dijera dónde estaba este sitio precioso, que queríais ir para dar una sorpresa a vuestra pareja, o simplemente para vivir una experiencia diferente e inolvidable. Ayer hablaba con mi chico de eso, de las experiencias. Yo pienso que no se trata de ir, por ejemplo, a un hotel 5* y dormir en una habitación sin más, que al fin y al cabo es lo mismo que puedes hacer en tu casa. Se trata de vivir experiencias diferentes, no tienen porqué ser extremadamente lujosas ni muy costosas. Yo os quiero contar como fue la nuestra (aunque ya vísteis por vídeo lo preciosísimo que fue todo) para seáis vosotros mismos los que valoréis si merece la pena o no.
En primer lugar, os cuento que este hotel rural romántico está en San Rafael, Segovia, en pleno Parque Nacional de Guadarrama. A muy pocos kilómetros de Madrid, unos 40 minutos en coche.
En él, hay 7 suites diferentes, aunque todas ellas con jacuzzi enorme redondo. Precisamente, esa fue una de las cosas que me llamó la atención. Todas son tan especiales que cuesta decantarse por una sola. Finalmente, elegimos la Suite El Cielo, por su luz, por su amplitud, techo abuhardillado y hasta un suelo precioso que además de calentito (tienen la calefacción por el suelo) era digno de ver. Tuvimos la gran suerte de que al llegar, nevara. La verdad que este año no esperaba ver nevar tantísimas veces. Me encantó que fuera tan acogedor y que tuviera su propio saloncito según llegas donde puedes tomarte un café o té calentito con música ambiente. Allí mismo encontramos infinidad de libros y juegos de mesa, lo que hace que puedas pasar un rato súper agradable cerquita de la chimenea. Miguel estuvo leyendo un ratito y aproveché para hacerle fotos sin que me viera. Me encanta cuando lee, y más aún cuando me lee a mí...

Me parto de risa porque nos llevamos el ordenador para ver una serie que estamos siguiendo (tienen WIFI gratuito) pero reconozco que ni nos acordamos de sacarlo de la funda.... jajaja.
Por supuesto, y no lo voy a negar, el precio es de las cosas que me hizo no pensármelo. En la tarifa que podréis ver en la web, está incluido el IVA (parece que no, pero es importante), el desayuno y el pack romántico. ¿Qué incluye este pack? Cava, pétalos en la cama, sales de baño y velitas.



La habitación cuenta también con cafetera Nespresso y un minibar, por lo que si quieres puedes salir o no de la habitación, tienen servicio de habitaciones. Esa es de las cosas que me gustó, que cuenten con una carta de habitaciones donde puedas pedirte la cena de esa noche. Porque está claro que si eliges un hotel así de romántico y con jacuzzi, lo que menos te va a apetecer es vestirte y salir a cenar. Para ello, todas las habitaciones cuentan -como os enseñé por Stories- con una mesita y sillas para poder celebrar la velada. Y eso hicimos. Nosotros que somos muy de jamoncito, cenamos una buena ración de ibéricos y queso curado. Además, unas croquetas, que por lo visto ¡¡son hasta famosas!! y han salido en el periódico. Por último, aunque estábamos súper llenos, elegimos cada uno la hamburguesa LA VIÑA que es un espectáculo y nos la recomendaron. Lo bueno de todo esto es que como nos habían puesto chocolates en la habitación y fresitas, asi que pudimos tomarnos el postre ¡¡entre burbujas!!.







Dormimos genial, en una cama inmensa, asi que nos acurrucamos y descansamos unas cuantas horas. Yo soy de las que le gusta disfrutar del desayuno tranquilamente y Miguel también. Por eso, antes de llegar aquí, nos encargamos de mirar las fotos de otras personas que ya habían estado en este hotel rural romántico y que nos habían puesto los dientes largos. Al bajar al saloncito, aún nos sorprendimos más de ver la gran variedad de productos. El hecho de que todos ellos sean caseros, con el zumito recién exprimido, con pan artesanal suma muchos puntos y lo hace especial... Ese detalle que hasta en grandes hoteles ya no encuentras. Ni qué decir del personal. Aquí, si me están leyendo, quiero dedicarles este post y decirles que a veces basta entrar en un sitio para saber que vas a sentirte mejor que en tu casa. Ellos se encargan de todo y de que cualquier cosa que quieras o necesites, te la faciliten. Sin perder nunca la sonrisa. Gracias otra vez de parte de Miguel y mía por TODO.






En nuestro caso, aprovechamos todo esa mañana después de llenarnos la tripita, a quedarnos en la habitación hasta la hora del mediodía, que reservamos en el Restaurante La Viña, justo en frente. Ya sabéis que soy más de comida casera que de platos modernos. Ya hemos hablado Miguel y yo que el próximo cumple o celebración que tengamos que hacer con la familia o muchos amigos, la haremos allí. Es un restaurante precioso, totalmente reformado y actualizado. Diseñado hasta el último detalle, con un baño precioso. Con decoración de flamencos, plantas tropicales, colores mint con madera. ¡¡Una pasada!! ¿Qué nos gustó? Su comida. Y es que un restaurante es bueno cuando quieres volver, además de por otras razones, sobre todo para probar sus platos. Ya véis el plato de foie que tomamos, sus albóndigas caseras y la carne de calidad. También queremos volver ya que hay una zona para niños, con juguetes y totalmente apartada de la zona de comidas. Perfecta para que los peques no se aburran una vez hayan terminado de comer.





Y sin dudarlo, esperamos repetir pronto en una Suite diferente. Nos contaron que alguno de los huéspedes ya ha visitado las 7 Suites y es que no me extraña. Me parece un regalo increíble, o simplemente un caprichito que cualquier pareja merece vivir en este hotel romántico rural. Me ha encantado dedicar un tiempo para editar este POST. Últimamente escribo menos por aquí pero siento que os interesáis mucho más por mi contenido y eso me hace muy feliz. El próximo post os enseño con detalle el look que llevé el primer día de esta escapada y flores preciosas que hicimos mientras nevaba.
Ni qué decir, a ti, que eres el otro protagonista de este POST. Te quiero con locura. :)
Un besito a todos.... Judith ♡♡♡♡
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